miércoles, 13 de octubre de 2010

Mas Sabe El Diablo

El derby de Avellaneda finalizó con las mismas caras felices de los últimos tiempos. El Rojo lo hizo otra vez.
No fue el mejor comienzo de semestre para la institución. Gallego no renovó su contrato, luego de pelear el último Clausura. Los desacuerdos entre el Presidente, el manager y el Tolo, que pretendía un plantel jerarquizado, echaron por tierra el vínculo. Menotti, sugestivamente interesado en promover al “selectivo” juvenil, tomó partido por un ex futbolista ligado al club, pero de escasísima experiencia en el cargo. Ídolo de Gastón Gaudio, Garnero descarriló a la tercera parte del apertura con un breve interinato de los “siempre listos” Sa-Chivo Pavoni, el 1-4 ante Godoy Cruz precipitó la veloz contratación del Turco Mohamed. Suspendió sus vacaciones y se puso al frente de la situación.
Y Racing? Pese a que la estadística no le jugaba a favor, llegaba mejor al clásico. En lo anímico, en lo futbolístico. Claro, no se deben acumular demasiados meritos ante el flaco presente del vecino.
Con Giovanni defendiendo los colores de su país, Russo lo reemplazaba en las prácticas con Brian Lluy, un entusiasta carrilero de gran movilidad pero a las antípodas de la capacidad técnica del colombiano. Desnudaba, de ese modo, las ambiciones propias.
El domingo, en el field se reflejaron las dos realidades; uno que quería, pero poquito; el otro, que no podía, pero que lo disimulaba con esfuerzo.
La posición de Toranzo, expuso el amarretismo de Miguel. De doble cinco, mas cerca de Yacob que de los delanteros. Llegó más Racing, sin volumen de juego, pero apelando a sus individualidades, comenzó a probarle el traje de héroe a Hilario, ex portero propio. Eximio atajador en pie a pie, dejó en partido a su equipo luego de varias salvadas.
Báez, debut en el clásico y en la red no quiso que la apertura quede para la segunda parte, por lo que un testazo en el minuto y medio de “recupero” revivió a Independiente.
La segunda parte, más de lo mismo. Obligado a imponer superioridad en el campo rival, la Academia inquietó pero Navarro estaba intratable.
La historia estaba escrita. Once partidos sin derrotas ante Racing y la esperanza nuevamente en marcha.
Racing no empató por Hilario Navarro. Pero ojo, no lo ganó por culpa propia.



Primal
(Sin Achique)

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