Mejor, Dejalo Así

Luego de soportar dos episodios de rinitis hace un par de inviernos, aconsejado por un familiar, acudí a un otorrino dispuesto a realizarme una cirugía de mi tabique torcido, si de ese modo ponía fin a mi malestar. Después de terminar con los respectivos análisis, el especialista dio su veredicto: -si querés, te opero, pero no soy partidario de modificar algo que no esta tan mal, con el riesgo de desacomodar algo que sí esta bien.
¿Alguna semejanza futbolística? Varias, muchas. Voy a ejemplificar con una de River y otra de su primo de la Ribera.
En el 2008, después de un exitoso ciclo en Estudiantes, Cholo Simeone, se hacia cargo de un River que arrastraba 4 años y ocho torneos sin gritar campeón. Con un esquema que dos años después utilizaba el España vencedor en Sudáfrica, aunque ciertamente con otro estilote juego. Ese River, verticalísimo, presionaba en campo contrario asfixiando la salida de sus rivales de turno. Con Abelairas compartiendo el mediocampo central con Ahumada, el D.T. lo ubicaba en una posición inédita con rendimiento óptimo. Buonanotte terminó siendo el goleador, relegando a Falcao y a Abreu. Ortega, previo a la disputa con Simeone, apareció en los momentos claves. En definitiva, luego de soportar una catastrófica eliminación con el San Lorenzo de Ramón por la Libertadores, derrotó a Olimpo en Núñez y se hizo dueño del Clausura. Ese equipo jugó de menor a mayor, logrando una solidez y eficacia poco afecto al paladar histórico demandado en el club.
El segundo semestre presagiaba una continuidad de triunfos. Sin mayores novedades respecto a la base del plantel. Sin embargo, vaya a saber con que intención, Cholo decidió trastocar esquema, estilo y hasta las individualidades que meses antes lo habían llevado a él, al plantel y al club al campeonato numero 33 de “cabotaje”.
¿Se le venció el yogurt a Simeone? ¿Qué lo llevo a trastocar absolutamente todo lo que funcionaba correctamente? ¿Por qué esa tozudez de armar un laboratorio para prueba y error?
El final, conocido y lógico, condenó al millonario, al último lugar de las ubicaciones. Para ese momento, su mentor ya era un desempleado.
Mediaba el año 2006 y a Boca todo le sonreía. Con Basile sentado en el banquillo, acaparó dos títulos consecutivos, el segundo de ellos con una formación que salía de memoria, y con un esquema made in “Coco”. Línea de cuatro, tres volantes, un enganche y dos delanteros, uno por afuera y el otro de área. Sin mediar novedades, las primeras cinco fechas del apertura auguraba la continuidad exitosa de la dupla Basile-Boca.
Pero Grondona creyó que luego de Peckerman al frente del seleccionado nacional, el indicado para la sucesión no era otro que el señor de vozarrón temible.
Con plantel armado y certamen iniciado, el elegido para lograr el primer tri campeonato de su historia, era el ex técnico de la Selección Mexicana.
Pragmático y verborrágico, puso en práctica sus convicciones tácticas. Línea de tres, ningún armador. Pese a que Boca arribo a los 44 puntos, suma no despreciable para campeonar, Estudiantes de La Plata de arremetida metió la cabeza y se lo empardó. En una final recordada por ser la primera desde que se disputan los torneos cortos, el pincha sacó chapa y le aguó el Tri a Boca.
Sin tener intenciones de profetizar, ese torneo lo complicó el “Bigotón”, daba la sensación que con unas pocas muecas desde el cuerpo técnico, el trofeo no se escapaba.
Una vez mas, por intentar potenciar virtudes, la máquina aceitada derrapó.

Primal
(Sin Achique)