Había una vez una institución modelo a la cual muchos envidiaban por la forma ordenada que manejaba sus finanzas. Había una vez….como en un cuento de hadas, de tierras lejanas, de dragones y príncipes, un club muy grande conocido por su apodo de “Rey de Copas”, mote ganado en los terrenos de juegos por todas las hazañas, triunfos, conquistas y por sobre todas las cosas llevar al fútbol argentino a lo mas alto del nivel mundial…esa institución era el Club Atlético Independiente.
El fútbol que generaba era de alta elite, y sus fanáticos seguidores se jactaban de tener un paladar negro por la exquisitez del fútbol que ofrecía y pregonaban los rojos de Avellaneda.
En esos años de glorias y esplendor el club consiguió entre tantos títulos, las famosas 7 Copas Libertadores, 2 Copas Intercontinentales…entre otras tantas… y de copas en copas ese esplendor, esa luz brillante, ese orden, de gallegos almaceneros, se fue apagando poco a poco. La embriaguez se fue apoderando lentamente y como sin entender la situación se empezó a caer, y caer, y caer muy bajo…esta caída no parece tener un suelo en donde poder rebotar…muchos dirán, que las malas administraciones fueron llevando al club a la ruina, otros señalan que los grandes negociados realizado por los dirigentes de turno con representantes de jugadores a espaldas de los socios llevaron a que el orden financiero impuesto de antaño se fuera derrumbando año tras año.
Las malas elecciones de comisiones directivas realizadas entre fines de los 80 hasta la fecha impulsaron a que esta caída en todo aspecto no tenga un fin.
Hoy día Independiente tiene un pasivo de 200 millones de pesos, una cancha sin terminar a la cual la utilizan de escudo ante las malas administraciones y campañas deportivas. El latiguillo constante en los dirigentes de Independiente es “tenemos un estadio del primer mundo”, “todo esto Independiente lo hace con recursos propios”…ahora yo pregunto ¿si Independiente hace todo con recursos propios, no tendría que tener como mínimo dos estadios de primer mundo?...
Las ventajas que ofreció esta última década, en donde las comunicaciones son globalizadas y todo se ve en todo el mundo, permitió a los clubes del fútbol argentino, generadores de materia prima, que vendieran jugadores por cifras nunca pensadas por nuestros antepasados dirigenciales. Imaginemos qué hubieran hecho con tanto dinero, los viejos gallegos almaceneros, que llevaban al club con finanzas impecables…
La venta de la joya de la abuela “Kun” Agüero por 23 millones de Euros, le dio a la dirigencia de Independiente una camionada de dinero, sin sumar ventas de jugadores como Forlán, Vuoso, Montenegro, Denis, Ustari, entre tantos…
Ahora bien… ¿cómo es posible que el rojo deba tanto dinero y que el estadio no esté terminado?...
La respuesta se cae de madura, como en el fútbol se cae a pedazos “el viejo Rey de Copas”.
Por Gabriel D`Onofrio
(Sin Achique)
No hay comentarios:
Publicar un comentario